Walter Riso × 1 READ
Cada vez ue agachamos la cabeza nos sometemos o accedemos a peticiones irracionales le damos un duro golpe a la autoestima nos flagelamos Y aunue salgamos bien librados por el momento logrando disminuir la adrenalina y la incomodidad ue genera la ansiedad nos ueda el sinsabor de la derrota ¿uién no se ha mirado alguna vez al espejo tratando de perdonarse la sumisión o no haber dicho lo ue en verdad pensaba ¿uién no ha sentido así sea de vez en cuando la lucha interior entre la indignación por el agravio y el miedo a enfrentarlo Aun así en cada uno de nosotros hay un reducto de principios donde el yo se niega a rendir pleitesía y se rebela Tenemos la capacidad de indignarnos cuando alguien viola nuestros derechos o somos víctimas de la humillación la explotación o el maltrato podemos decir NO En el proceso de aprender a uerernos a nosotros mismos junto al autoconcepto la autoimagen la autoestima y la autoeficacia ue ya he mencionado en Aprendiendo a uererse a sí mismo hay ue abrirle campo a un nuevo auto el autorrespeto la ética personal ue separa lo negociable de lo no negociable el punto de no retorno Detrás del ego ue acapara está el yo ue vive y ama pero también está el yo aporreado el yo ue exige respeto el yo ue no uiere doblegarse el yo humano el yo digno Comienza a decir ue NO y a ser más asertivoCada vez que agachamos la cabeza, nos sometemos o accedemos a peticiones irracionales, le damos un duro golpe a la autoestima: nos flagelamos. Y aunque salgamos bien librados por el momento, logrando disminuir la adrenalina y la incomodidad que genera la ansiedad, nos queda el sinsabor de la derrota. ¿Quién no se ha mirado alguna vez al espejo tratando de perdonarse la sumisión o no haber dicho lo que en verdad pensaba? ¿Quién no ha sentido, así sea de vez en cuando, la lucha interior entre la indignación por el agravio y el miedo a enfrentarlo? Aun así, en cada uno de nosotros hay un reducto de principios donde el yo se niega a rendir pleitesía y se rebela. Tenemos la capacidad de indignarnos cuando alguien viola nuestros derechos o somos víctimas de la humillación, la explotación o el maltrato: podemos decir NO. En el proceso de aprender a querernos a nosotros mismos, junto al autoconcepto, la autoimagen, la autoestima y la autoeficacia, que ya he mencionado en Aprendiendo a quererse a sí mismo, hay que abrirle campo a un nuevo auto: el autorrespeto, la ética personal que separa lo negociable de lo no negociable, el punto de no retorno. Detrás del ego que acapara, está el yo que vive y ama, pero también está el yo aporreado, el yo que exige respeto, el yo que no quiere doblegarse, el yo humano: el yo digno. Comienza a decir que NO y a ser más asertivo.Cada vez que agachamos la cabeza, nos sometemos o accedemos a peticiones irracionales, le damos un duro golpe a la autoestima: nos flagelamos. Y aunque salgamos bien librados por el momento, logrando disminuir la adrenalina y la incomodidad que genera la ansiedad, nos queda el sinsabor de la derrota. ¿Quién no se ha mirado alguna vez al espejo tratando de perdonarse la sumisión o no haber dicho lo que en verdad pensaba? ¿Quién no ha sentido, así sea de vez en cuando, la lucha interior entre la indignación por el agravio y el miedo a enfrentarlo? Aun así, en cada uno de nosotros hay un reducto de principios donde el yo se niega a rendir pleitesía y se rebela. Tenemos la capacidad de indignarnos cuando alguien viola nuestros derechos o somos víctimas de la humillación, la explotación o el maltrato: podemos decir NO. En el proceso de aprender a querernos a nosotros mismos, junto al autoconcepto, la autoimagen, la autoestima y la autoeficacia, que ya he mencionado en Aprendiendo a quererse a sí mismo, hay que abrirle campo a un nuevo auto: el autorrespeto, la ética personal que separa lo negociable de lo no negociable, el punto de no retorno. Detrás del ego que acapara, está el yo que vive y ama, pero también está el yo aporreado, el yo que exige respeto, el yo que no quiere doblegarse, el yo humano: el yo digno. Comienza a decir que NO y a ser más asertivo. El derecho a decir no
Este libro ha sido aire fresco, es una obra que nos permite reconocer nuestro valor y reafirmar nuestra autonomía ante situaciones límites de acuerdo a nuestra escala de valores, en un lenguaje claro y contundente, te ayudará a preguntarte: ¿cuanto vales? Y te ofrecerá una El derecho a decir no Lo compre para regalar. Es una buena opcion El derecho a decir no Si eres temeroso para decir lo que piensas y dices si, cuando tu interior dice no, este libro es para ti. Te ayuda de gran manera a comprender cómo manejar situaciones que no tendrían porque suceder, conflictos familiares, laborales, etc. Como dice el líguelo del libro aquí El derecho a decir no