¡Academia, carajo! By Alejandro Wall
Alejandro Wall ä 5 characters
A diez años del título que cortó la racha histórica de Racing, un libro para repasar aquel diciembre inolvidable para todos los argentinos.
El país que ardía, corralito financiero, 38 muertos por la represión policial, cinco presidentes en una semana y un campeón: Racing. Y cualquiera estaría en condiciones de pensar que sólo Racing podía consagrarse en ese momento con un título que cortó una racha de 35 años sin. El próximo 27 se cumplirán nada menos una década de aquella vuelta olímpica sellada por el paso a paso de Mostaza Merlo. “¡Academia, carajo! Racing campeón en el país del ‘que se vayan todos’”, el libro del periodista Alejandro Wall que acaba de lanzar editorial Sudamericana, es una crónica de esos días, de ese país, de ese campeonato.
“(El libro) registra meticulosamente los acontecimientos sociales y políticos que conmovían al país y que estuvieron a punto de arruinar la singular conquista. Pero, al mismo tiempo, incluye detalles desconocidos de las entidades vinculadas al fútbol, poniendo en evidencia la cercanía de los intereses del mundo del fútbol con la política y los poderes en general. En este sentido el libro contiene la enorme e inusual virtud (casi antiargentina) de estar identificado con una pasión futbolera pero sin enceguecerse, de contar los hechos sin creerse dueño de la verdad absoluta. Vale la pena conocer las sorprendentes historias que aquí se relatan”, cuenta Carlos Ulanovsky, periodista, escritor y fanático de Racing.
Wall recuerda esos días como hincha, revive con emoción el camino hacia el título, expone los testimonios de los protagonistas y cuenta historias de hinchas atravesadas no sólo por la crisis del país sino por los 35 años sin títulos, con descenso y quiebra. El libro tiene el arte de tapa de Juan Pablo Cambariere junto al estudio Trineo. Y se suma a la biblioteca deportiva y, sobre todo, a la racinguista. ¡Academia, carajo!
Un must read para todos los hinchas del Primer Grande. Aguante la Acade carajo! ¡Academia, carajo!